Matías Ortiz Montano, de 16 años, es un joven atleta que, a pesar de su origen mexicano, compite portando los colores azul y blanco desde el año 2023, cuando debutó en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador.
Ortiz, quien nació en Jalisco, México, tiene raíces salvadoreñas por parte de su madre, Liseth del Carmen Montano, mientras que su padre, Hueman Ortiz Romero, es de nacionalidad mexicana y canadiense.
El atleta ha encontrado su pasión en la disciplina de los clavados desde muy temprana edad y tiene clara su visión de alcanzar un nivel competitivo que le permita obtener triunfos para El Salvador.
Su amor por la actividad física comenzó a los siete años, cuando se inscribió en clases de natación. A pesar de no ser el mejor nadador, su perseverancia y el gusto por lanzarse al agua lo llevaron a descubrir su verdadera pasión: los clavados.
Desde entonces, Matías ha dedicado su tiempo y esfuerzo a mejorar sus habilidades, con el sueño de representar a El Salvador en una competencia mundial o incluso en unos Juegos Olímpicos.
“Estoy entrenando muy duro para llegar a mis próximas competencias de la mejor manera posible”, dice el clavadista, quien por el momento ha logrado ganar dos medallas de bronce durante el CCCAN 2023, realizado en Monterrey, México.
Entre sus metas a corto plazo, Ortiz quiere participar en el mundial de Brasil, que se celebrará en noviembre de este año, así como en los Juegos Panamericanos Junior del próximo año en Asunción, Paraguay.
Actualmente, Matías estudia en la preparatoria de la Univa (Universidad del Valle de Atemajac) en Guadalajara, México, donde cursa el cuarto cuatrimestre en el bachillerato de mecatrónica. Su compromiso tanto con sus estudios como con el deporte demuestra su disciplina y determinación para alcanzar sus metas.
A pesar de haber llegado por primera vez a El Salvador cuando tenía solo tres años, Matías dice haber creado “un fuerte vínculo con el país” y se siente orgulloso de representarlo.